El Operativo Independencia también fue contra las comunidades indígenas Tucumán
- Por Sofía Romera Zanoli para el Diario del Juicio
PH Paloma Cortes Ayusa
El Operativo fue el ensayo de un
sistema represivo clandestino que tuvo como objetivo extender el plan de exterminio en todo el
país a partir del golpe de marzo de 1976, que se caracterizó, además, por una ocupación que
transformó a pueblos enteros en un “campo clandestino a cielo abierto", según explicó
el fiscal Federal Pablo Camuña que lleva adelante el doceavo juicio que juzga
los delitos de lesa humanidad cometidos durante este período.
En estos años que
fueron la antesala de la dictadura cívico-militar “se implementaron métodos
destinados a vulnerar los reclamos de los movimientos indígenas en Tucumán”,
como lo expresó Delfín Gerónimo, Secretario General de la Unión de los
Pueblos Diaguitas.
Delfín hace un
recorrido sobre la historia de las comunidades originarias asegurando que la
represión y exterminio están presentes en ellas hace más de 500 años: “primero
vinieron las invasiones españolas y después el propio Estado argentino que bajo
la misma lógica de ocupación de tierras llevó adelante ‘La Campaña del
Desierto’ o ‘La Campaña del Chaco’, para luego seguir con el terrorismo de
estado que a través de un plan sistemático inició la desaparición forzada de
personas”.
“No es casual que las últimas formas de
organización política de las comunidades originarias tuvieron lugar hasta 1973 como el Parlamento Indígena, y volvieron a reaparecer recién en el año 1983,
culminando en 1989 con la declaración
del convenio 169 de ‘Protección hacía los pueblos Indígenas’”, agregó.
Luego recordó con
cierta melancolía a Pedro Pablo Santana Campos presidente de la Federación
Indígena de Tucumán, quien fue secuestrado el 3 de febrero de 1975 en
la localidad de Quilmes por personal de Gendarmería Nacional y trasladado junto a su esposa, Felipa Isabel Maita, a la Escuela del Mollar que funcionaba como centro
clandestino de detención. Relató que “allí
Felipa quien estaba embarazada de 7 meses fue torturada con el propósito de obligar a
hablar a Santana Campos sobre las actividades que se realizaban dentro de la
Federación y delatar a sus compañeros”.
“Después de la década del 70 a través de una larga lucha (implicó 40 años), luego de vivir situaciones de injusticia y opresión,
nuestros pueblos lograron el reconocimiento de los derechos colectivos por
parte del Estado Argentino”, concluyó Delfín.
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Intercambiamos palabras, construimos memoria
- por Cyntia Santillán, Agustina Nieva y Andrea Barraza para el Diario del Juicio
La jornada de la segunda audiencia por el Operativo Independencia en Tucumán coincidió con la visita del Ex Ministro de Economía de la Nación Axel Kicillof. Frente a un panorama tejido de incertidumbres con respecto a los avances y resoluciones de los procesos judiciales, producto de inesperadas desarticulaciones en áreas sostenedoras de las políticas de Derechos Humanos, salimos a la búsqueda de otras voces y otras perspectivas tendientes a iluminar el escenario que hoy nos convoca.
La pregunta que abrió el palabreo, vino espontáneamente desde la posición del entrevistado:
“Yo debería hacerle preguntas a ustedes sobre el Juicio, la verdad porque me interesa muchísimo. Acabo de encontrarme con una compañera de Madres de Plaza de Mayo que me dice que hay expectativas pero que no sabe bien cómo va a terminar. ¿Cómo la ven ustedes?”.
Nuestro diálogo duró solo unos minutos, y aunque efímero, enriqueció ambas partes. Desde nuestro lugar, expresamos la preocupación que provocó la contradicción de un gobierno que sostuvo discursivamente la continuidad de las políticas de DDHH, al tiempo que operó indefectiblemente en el vaciamiento de los programas que le dan sustento a éstas políticas. Palabras más, palabras menos, este intercambio se hizo eco de voces que resuenan acaso en cualquier conversación cotidiana y familiera.
Consideramos que, como jóvenes debemos de pensar este escenario no como algo recortado del devenir histórico, sino como producto de un largo y complejo proceso de negociaciones y luchas sostenidas en relaciones dispares de poder. El orden autoritario, se sostuvo, en el pasado, por la fuerza de las armas, la represión y asesinatos en masa de opositores al orden. A pesar del tiempo transcurrido y de los avances de las conquistas democráticas, resuenan aun las voces que justifican el genocidio. “Basta de tribunales subversivos”, apareció escrito en las afueras del TOF donde se desarrollan las audiencias. La disputa se resignifica y los significados se actualizan. Para el Ex Ministro de Economía, lo que enfrentamos en este momento, no es solo una cuestión de política económica. Los procesos judiciales desarrollados en todo el país, subsisten aun como una labor extensa y profunda, llevada adelante por miles y miles de sujetos de distintas procedencias e ideologías, y no como algo venido unilateralmente del gobierno anterior. Sostener esto último, además de reducir caprichosamente estos significativos acontecimientos, implicaría acallar injustamente miles y miles de voces.
Como vemos, las preocupaciones son compartidas, pero lo son también las expectativas… ¿cuál es el camino? Axel Kicillof nos habló de la de necesidad de visibilizar estas cuestiones y de la urgencia de comprometernos con la continuidad de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, como Política de Estado. Recordemos que estos procesos judiciales llevan en sus entrañas la potencialidad de incidir significativamente en nuestra sociedad, justamente porque parten de su seno, devolviéndole a la vez una imagen sobre sí misma: saldando deudas, sanando heridas y construyendo memoria. “Los caminos de la justicia social se van construyendo como producto de la conciencia colectiva” resuenan las palabras de una amiga, militante y soñadora. Sabemos cuál es el camino hacia una sociedad más justa e igualitaria, sabemos que desde el individualismo es imposible, nuestros antepasados ya nos han mostrado el camino. La Utopía no se cansa de ser soñada.
La pregunta que abrió el palabreo, vino espontáneamente desde la posición del entrevistado:
“Yo debería hacerle preguntas a ustedes sobre el Juicio, la verdad porque me interesa muchísimo. Acabo de encontrarme con una compañera de Madres de Plaza de Mayo que me dice que hay expectativas pero que no sabe bien cómo va a terminar. ¿Cómo la ven ustedes?”.
Nuestro diálogo duró solo unos minutos, y aunque efímero, enriqueció ambas partes. Desde nuestro lugar, expresamos la preocupación que provocó la contradicción de un gobierno que sostuvo discursivamente la continuidad de las políticas de DDHH, al tiempo que operó indefectiblemente en el vaciamiento de los programas que le dan sustento a éstas políticas. Palabras más, palabras menos, este intercambio se hizo eco de voces que resuenan acaso en cualquier conversación cotidiana y familiera.
Consideramos que, como jóvenes debemos de pensar este escenario no como algo recortado del devenir histórico, sino como producto de un largo y complejo proceso de negociaciones y luchas sostenidas en relaciones dispares de poder. El orden autoritario, se sostuvo, en el pasado, por la fuerza de las armas, la represión y asesinatos en masa de opositores al orden. A pesar del tiempo transcurrido y de los avances de las conquistas democráticas, resuenan aun las voces que justifican el genocidio. “Basta de tribunales subversivos”, apareció escrito en las afueras del TOF donde se desarrollan las audiencias. La disputa se resignifica y los significados se actualizan. Para el Ex Ministro de Economía, lo que enfrentamos en este momento, no es solo una cuestión de política económica. Los procesos judiciales desarrollados en todo el país, subsisten aun como una labor extensa y profunda, llevada adelante por miles y miles de sujetos de distintas procedencias e ideologías, y no como algo venido unilateralmente del gobierno anterior. Sostener esto último, además de reducir caprichosamente estos significativos acontecimientos, implicaría acallar injustamente miles y miles de voces.
Como vemos, las preocupaciones son compartidas, pero lo son también las expectativas… ¿cuál es el camino? Axel Kicillof nos habló de la de necesidad de visibilizar estas cuestiones y de la urgencia de comprometernos con la continuidad de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, como Política de Estado. Recordemos que estos procesos judiciales llevan en sus entrañas la potencialidad de incidir significativamente en nuestra sociedad, justamente porque parten de su seno, devolviéndole a la vez una imagen sobre sí misma: saldando deudas, sanando heridas y construyendo memoria. “Los caminos de la justicia social se van construyendo como producto de la conciencia colectiva” resuenan las palabras de una amiga, militante y soñadora. Sabemos cuál es el camino hacia una sociedad más justa e igualitaria, sabemos que desde el individualismo es imposible, nuestros antepasados ya nos han mostrado el camino. La Utopía no se cansa de ser soñada.
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