por Valeria Totongi para el Diario del Juicio PH Archivo de H.I.J.O.S. Tucumán Cristina Mercado tenía 8 años cuando vio cómo secuestraban a su padre. Lo vio todo desde abajo de la cama donde se había escondido, mientras le tapaba la boca a su hermana pequeña para que no llorara. Vio cómo le pegaban a su abuela y la desmayaban de un culatazo en la cabeza. Vio a su abuelo caer junto a su esposa, vio que los que se llevaron a su papá, Antonio Manuel Mercado, tenían capas verdes, de soldado, y llevaban escopetas. No pudo ver, aunque sí escuchó, un disparo. Tiene grabado en la memoria que esto ocurrió el 23 de octubre de 1975. Y que eran muy pobres y que a su padre lo perseguían. En su declaración del 29 de septiembre ante el Tribunal Oral Federal de Tucumán, Cristina rememora que, en esa época, vivía con su padre, su hermana, sus abuelos y su madrastra, que tenía otros dos hijos propios. Supo también que a sus dos tías, Adela y María, hermanas de Anton